jueves, 24 de marzo de 2016

CORRECAMINOS TE ODIO...

Pocas cosas en la vida me dan más arrechera que El Correcaminos, por no decir que no hay nada que desee con más ansiedad que El Coyote capture a ese pajarraco. Los atentados del pasado martes en Bélgica tumbaron del podio al impertinente: “¡BIP BIP!” y se llevaron medalla de oro.

Me molesta que una pandilla de brutos genere en mi tanta arrechera, todos sabemos que la “arrechera” es un sentimiento reservado para esos momentos en los que nuestra inteligencia emocional visita el subterráneo, pero sí, la pandilla de brutos lo volvió a hacer, tengo una arrechera inmensa.

En un famoso experimento social, Renny Ottolina le mostró a un grupo de venezolanos un gran pliego de papel Bond con un minúsculo punto negro, la mayoría de las personas al ver el inmenso papel solo respondían que veían un “puntito negro”. Los seres humanos estereotípicamente siempre enfocamos nuestra atención en lo negativo.



Esta banda de brutos violentos no son más que ese “puntito negro” dentro de ese gran pliego de papel Bond que es el Islam, el problema es que son un puntito negro que ya ha tomado dimensiones de “agujero negro intergaláctico”.

Bajo la óptica banal con la que he tenido la oportunidad de aproximarme a los preceptos islámicos, entiendo que ese reducido grupo al que muy cariñosamente bauticé como “La banda de brutos”, son unos seres “unineuronales” llenos de odio desmedido contra el mundo occidental y fieles creyentes en la existencia de un mundo lleno de mujeres en pelotas más allá de la muerte. Esta, estoy seguro que es la percepción que los jinetes del odio prefieren pregonar a sus fieles saboteadores del orden.

El problema es importante, la banda de brutos vive entre nosotros, recarga el saldo del teléfono en la tienda de debajo de nuestro edificio, se sientan a ver un Barcelona-Madrid a nuestro lado o comen pasta con mantequilla y queso rayado, quiero decir, ni clonando a Jon Rambo muchas veces vamos a lograr estar seguros.

La solución pasa por sembrar conciencia, eliminar la arrechera, predicar la paz, cosas que aunque me cuesta mucho entender, percibo que no están en la agenda de los que sustentan los grandes poderes en este planeta enfermo.

Esta pelea tristemente es un negocio, lo único que nos queda a los que estamos del lado de un mundo pacífico, donde todos convivamos entendiendo que nuestras diferencias son hermosas, es seguir confiando en que algún día la razón iluminara esas minúsculas neuronas singulares que impulsan el estúpido sentimiento del odio.

Como toda regla que se precie de serlo, debe tener una excepción de peso que la sustente: Correcaminos te odio…





jueves, 17 de marzo de 2016

MUSTANG

Siempre he dicho que cuando pisas el acelerador de un Mustang a fondo suena como un viejo con pulmonía, extrañamente es un sonido muy seductor.
Caminando por Barcelona me topé con el poster de una película que lleva por nombre el mismo del potente bólido del caballo, ciertamente un título bastante seductor.
Cinco niñas muy bonitas son las protagonistas de una historia dramática con matices de esperanza.


Una Turquía en pleno siglo XXI, sirve de escenario para relatar la historia de cinco niñas criadas bajo un cerrado régimen musulmán, en el que mostrar una tética, puede llegar a ser comparado con algo tan dantesco como la letra de cualquier tema de Ricardo Arjona, así mismo, algo tan asquerosamente horrible como las liricas del Guatemalteco.
La tolerancia es uno de los valores que intento llevar como bandera a cualquier lugar a donde voy, el respeto por el que piensa distinto, la duda, el encontrar lo hermoso de estar rodeado de tantas y tan distintas culturas, es algo que me parece hermoso.
Ayer compre entradas para ver Mustang, a medida que avanzaba la película sentí como toda la tolerancia que enarbolo como bandera se iba resquebrajando, en algunos pasajes llegué hasta sentir odio. No voy a entrar en detalles, creo que “niñas criadas bajo un cerrado régimen musulmán” es una pista suficientemente explicita para que imaginen a que se debe mi arrechera.
Acabo de respirar y contar hasta tres antes de poder continuar con este párrafo, hay que ser tolerante, pero el coñisimo de su madre, cómo en pleno siglo XXI pueden seguir tratando a la mujer como si fuera una silla, una toalla, o un cd de Arjona.
El mundo evoluciona, y como pasajeros de este globito inquieto, nosotros, seres “humanos”, debemos crecer, entender que nuestras necesidades ya no son las mismas de Cristo cuando descubrió la primera sandalia. Tolerancia cero ante cualquier tipo de vejación, venga de donde venga y en nombre de quien sea que se haga, hay que rechazarla de forma contundente.

Escribo sobre está película porque soy un profundo admirador de la mujer, porque ella es el ser más maravilloso que habita este planeta, ese que nos da la vida, ella es linda y extraordinaria, para todas ustedes, mi muy particular homenaje.
Pensar que estas creencias estúpidas sobre la sumisión de la mujer van a desaparecer no es una utopía. Hay una esperanza muy real, no quiero ser “arruina finales de películas”, pero atención a la menor de las cinco hermanas, como dirían por ahí: “es lo más”.
Por cierto, el sonido de un Mustang acelerado siempre seguirá siendo muy seductor…vayan a ver la película.


martes, 15 de marzo de 2016

WILLIAM WALLACE

William se levanto muy temprano, la alarma de su despertador ya había sido aplazada unas cuantas veces por aquello del “cinco minutos más”, hoy era el gran día…

La situación en Escocia era insostenible, la democracia disfrazada mostraba sus falencias de forma descarada y el pueblo ya no conseguía leña para calentar sus hogares.
Los curules fueron convocados para una sesión  extraordinaria en la que William, haciendo uso de su bien ganada fama como compositor de “mi niña bonita” y por haber jugado un papel importantísimo en la lucha contra la corona inglesa, sería el encargado de pronunciar un discurso motivacional basado en un postulado descargado de Wickipedia.


William descargó toda su furia en una incendiaria ponencia: “Yo si cante “mi niña bonita” en el Palacio de Buckingham, recuerdo que la reina se sacó un moco con sus guantes blancos de seda, algo rarísimo tratándose de una persona que se conoce los protocolos del sacado de mocos en público a la perfección, pero bueno, hoy no vengo a hablarles de eso, hoy vengo a decirles que no consigo leña para encender la chimenea de mi apartamento en Miami y eso me tiene muy preocupado, yo, que tuve la valentía de exponer mi culo a los flechazos de la artillería inglesa durante las batallas para lograr la independencia de mi querida Escocia, es insólito, esto tiene que parar, todos esos funcionarios de la corona que violaron a nuestras esposas andan por ahí sueltos y cabalgan en pura sangre a punta de Cadivi, mientras tanto el pueblo pasando frio, yo por ejemplo tuve que comprarme un calentador portátil en Costco y eso se ve feísimo ahí arrimado en la sala de mi casa, ojo, ese calentador me lo merezco porque me lo compre con la propina que me dejo la Reina Isabel en uno de los concierticos esos privados que hice para ella, otra cosa, mucho cuidado príncipe Carlos, se que me mandaste a tu tropa de lanceros el otro día para que no me dejaran salir a luchar por mi querida Escocia, quédate sano que tengo las pruebas y ya las monte en mi cuenta de instagram”.

Tras este lapidario discurso a favor de la libertad, William fue aclamado por el pueblo de Escocia como el nuevo prócer de la independencia, incluso llegó a crearse la cuenta @apoyemosawilliam para manifestar la solidaridad del pueblo escoces.
Para ser muy original, como William durante su discurso ante los curules de la Asamblea Nacional, voy a terminar esta historia igualito que la película de “Corazón Valiente”.
William fue apresado por las autoridades de la corona inglesa y fue sometido al escarnio público en uno de los estacionamientos del Dolphin Mall, atado a uno de los carritos de compra y bajo amenaza de cortarle las bolas, fue obligado a retractarse de lo dicho, so pena de perder su virilidad, William respiró profundo y gritó: “¡Mi niña bonita!” mientras su verdugo le rebanaba las pelotas.
Si, este cuento termina así, de forma épica, por esa histórica adicción que tenemos los venezolanos de crear héroes donde no existen…



miércoles, 9 de marzo de 2016

SER FELIZ ES UN JOVI

Una pequeña tienda de estampillas antiguas es atendida por un señor viejo, como sus estampillas. Sellos de distintas épocas almacenados en álbumes organizados por fechas y países de origen, cada uno con una historia, algo que contar…
En algún lugar del mundo, en este momento, alguien está sentado en un café y escribe una carta, ya no usa pluma, teclea sobre su ordenador y de fondo suena una versión bien “lenteja” de You can´t always get what you want, muy irónico, esa persona esta justamente en ese café porque se levanto preguntándose por qué no puede conseguir lo que quiere, maybe is because that person won´t get what he wants, instead, he´ll get what he needs. La carta se imprime, se dobla y se mete en un sobre, es importante colocarle una estampilla certificada del país de origen.
Estampillas viajan en distintas direcciones, horarios, unas van en camiones, otras en burro, aviones, barcos, cigüeñas, todas van a algún lugar, son pasaportes de historias.

El viejo señor abre su tienda de lunes a sábado a partir de las 11 de la mañana hasta las 2 de la tarde, hora en la que se retira para comer y echar una siestita antes de volver a las 4 para continuar su faena hasta las 7. Es un “jovi”, no gana en metálico, gana en felicidad, ¿por qué?, porque es el custodio de versiones fosilizadas de pasaportes, como la felicidad, solo momentos, efímeros, pedacitos que juntos en el álbum, organizados por fechas y países de origen, conforman un gran compendio, si, como la felicidad, muchos pedacitos, todos unidos, al final, forman LA FELICIDAD.
La carta llega a su destino, es leída, una lagrima cae y se escurre en la tela de un pantalón ruyido, justo a la altura de la rodilla. Con mucha rabia, el sobre es arrugado junto con su no deseado contenido y ambos van a parar a la basura, al lado de una lata de fabada asturiana y unas servilletas manchadas con salsa de tomate, también allí, acurrucada, esta la estampilla, esa misma que certificó el viaje de la muy poco deseada carta de ruptura.

El viejo señor ya no está, en su lugar, un sobrino, atiende la tienda, han pasado ya 12 años desde que Custodio Estampillo Felicce falleciera como consecuencia de un ataque al corazón, la carga de las estampillas fue demasiada.
Son las 6 de la tarde y solo falta una hora para el cierre, “sobrino” se dispone a recoger el mostrador cuando un niño barbudo y de baja estatura entra a la tienda. Después de media hora de “jurungadera”, el niño descubre una estampilla vulgar, de las más baratas, manchada con algo parecido a tomate, Simón Bolívar, es una estampilla venezolana del año 2015, ciertamente, algo muy lejano a ser un articulo precioso de colección. Por 0,50 Euros adquiere la estampilla y se retira.
Querida MVRG,
La felicidad no existe, solo existen momentos felices, que vamos coleccionando a lo largo de nuestras vidas, hay sonrisas, hay picardía, lagrimas, chocolate, películas, goles, Messi, Aita, Ama, perritos, sol, viajes, derrotas, victorias, estampillas, “jovis”, zapatos, amigos, amores platónicos, libros, amaneceres, café XXL, Bounty, “eslais” de pizza, playa, tios, sobrinos, Chulo, Pigo, Leo, saltar, aviones, paracaídas de reserva, jonrón en el noveno para dejar a los Leones en el terreno, bizcocho de Alazne, esperanza, Nelson Mandela, Eddy, Zack, Maynard, música, bocadillo de jamón serrano a la plancha, asiento del copiloto, tiramisú hecho con queso crema, maní, tu.
Todos son como estampillas que vamos coleccionando para pegarlas en un álbum y de viejitos echarles un ojo y reir, recordando lo efímero de los momentos. Te dije, la felicidad no existe, no la busques, ella está en todas las estampillas, en todos los momentos, ¿ok?.
Mi álbum tiene mucho espacio todavía, me gustaría que me acompañes a llenarlo de estampillas, si te parece bien, podemos vernos en el verano, te mando una estampilla que acabo de comprar, es venezolana del año pasado y esta manchada, quisiera inventarle una historia para que sea la primera de nuestro álbum.
Te amo,
Niño barbudo y de baja estatura



La carta fue depositada en un buzón de correos amarillo, con su respectiva estampilla, cara de tarado del Rey Juan Carlos, Barcelona, 9 de marzo del 2016. La colección de estampillas puede continuar, a espera de la respuesta, una sonrisa seguro se asoma desde el balcón del cielo, cuando Custodio Estampillo Felicce observa el viaje de la carta, porque alguien entendió, Ser feliz es un jovi, como el suyo…